Historia del salmorejo
Conoce el origen del salmorejo cordobés, plato tradicional de la gastronomía andaluza:
Orígenes humildes con mucho sabor:
La historia del salmorejo tiene sus raíces en el corazón de Andalucía, con especial protagonismo en Córdoba. Su origen se remonta a recetas antiguas que consistían en un majado de pan, ajo, vinagre y aceite de oliva —sin tomate— utilizado como alimento energético por campesinos y jornaleros. Era una elaboración sencilla y contundente que permitía aprovechar el pan duro y los ingredientes básicos de cualquier hogar andaluz.
La llegada del tomate y el nacimiento de una leyenda:
Con la llegada del tomate desde América y su integración progresiva en la cocina popular, nace lo que hoy conocemos como salmorejo. Es entre los siglos XVIII y XIX cuando el salmorejo cordobés empieza a consolidarse como una receta diferenciada: una crema fría, espesa y emulsionada, elaborada con tomate maduro, pan de telera, ajo y abundante aceite de oliva virgen extra. Este estilo cordobés se distingue por su textura densa, su intensidad de sabor y la ausencia de agua o vinagre en la mezcla.
El salmorejo cordobés toma protagonismo:
Durante el siglo XX, el salmorejo cordobés se convierte en seña de identidad gastronómica de la ciudad, apareciendo en tabernas, ferias y celebraciones populares. Se sirve tradicionalmente acompañado de huevo duro picado y virutas de jamón serrano, y representa no solo un plato refrescante para el verano, sino también una manera de honrar la cocina de aprovechamiento y los productos de la tierra.
Un plato que cruza fronteras y se reinventa:
Hoy en día, el salmorejo cordobés ha traspasado fronteras y se ha adaptado en múltiples versiones: con remolacha, aguacate, calabaza o incluso en texturas espumosas o modernas. Aun así, el salmorejo cordobés tradicional sigue siendo el referente, reconocido por su sabor auténtico y su arraigo cultural como uno de los platos más emblemáticos de la cocina andaluza.
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